26 / Feb / 2020

Hace unos 45 años, aterricé en una costa indómita y desconocida en Costa Rica y comencé una gran aventura. Desde el principio supe que había encontrado un lugar especial, lleno de vida y sol, rodeado de bosque y mar. Mi vida estuvo llena de visiones de algo mucho más grande que cualquier cosa que había conocido, y aprendí a ser parte de este nuevo mundo. Con mi mejor amigo de la escuela secundaria, Lon, sembramos una plantación de cacao en tierras deforestadas en nuestra propiedad e intentamos demostrar que había otras opciones para generar ingresos en lugar de talar la selva tropical para ganado.

Mi amigo y yo a menudo hablábamos sobre lo que podíamos hacer y cuan era importante proteger este paraíso escondido y mantenerlo intacto y prístino. Pasó el tiempo y Lon murió, y decidí crear una fundación que honrara su memoria y mantuviera vivo su nombre en nuestra amada Península de Osa. Entonces, el 6 de febrero de 1992, mi amigo Vinicio Zamora y yo creamos La Fundación Corcovado Lon Willing Ramsey Junior. Más tarde, se nos unieron dos hombres valientes, Bradd Johnson y el fallecido Mike Kalmbach. Juntos soñamos con una organización que ayudaría a proteger el Parque Nacional Corcovado y otras áreas protegidas del país, que ayudaría a la conservación de los recursos naturales, que crearía conciencia en las comunidades y mucho más. Tenía una visión de una organización que podría afectar positivamente el futuro de esta área, la cual amo.

Comprendí que tenía la responsabilidad de proteger y compartir este lugar especial, la Península de Osa y la región, para todos los que vendrían después, y ha sido un honor hacerlo. Casi treinta años después, puedo mirar hacia atrás y sentir la satisfacción del deber cumplido.

La Fundación Corcovado es una organización líder en la conservación de los recursos naturales del área. Esta organización ha logrado tocar la vida de miles de personas, que se han beneficiado de diferentes maneras. La fundación es una organización que logra los proyectos propuestos, cuyo equipo comparte conmigo este sueño y la cual es un ejemplo d compromiso,
eficiencia y transparencia. Sin embargo, en este momento de mi vida, siento la necesidad de simplificar mi vida y de reducir la responsabilidades que tengo. Además, considero que la fundación puede beneficiarse de un presidente nuevo, con nuevas ideas y nueva energía, alguien que comparta conmigo mi pasión por la conservación de los recursos naturales, el desarrollo social y los problemas globales que nos aquejan.

Es por esto, que en enero de este año presenté mi renuncia como presidente de la junta directiva e invité al señor William MacLachlan a servir como presidente de esta. El señor MacLachlan es una persona cuyo amor por la naturaleza, sus opiniones balanceadas, su amplia experiencia en el trabajo en juntas directivas van a beneficiar muchísimo a la fundación.

Adicionalmente a Bill, se une a la Junta Directiva el señor Jim Damalas, como secretario de la junta. Jim ha sido un líder en la conservación de los recursos naturales en Costa Rica, cuya experiencia en la promoción del turismo sostenible lo han convertido en un referente de estos temas en el país. Dejo la junta directiva, para pasar a ser miembro de la junta de notables. Dejo la junta con la satisfacción del deber cumplido y con la confianza de que esta nueva junta, junto con nuestro equipo, podrá hacer de esta organización una entidad más sólida y competente, para así poder servir mejor a las comunidades con las que trabajamos y a los recursos naturales que protegemos.